La web oficial del Banco de España te recomienda 3 métodos elementales para detectar los billetes falsificados, pero… ¿es suficiente?
Tradicionalmente se han recomendado tres pasos para comprobar si un billete es falso in situ. Vaya por delante que estos no son, ni de lejos, suficientes para proteger tu negocio, ¡pero buenos es conocerlos!
Tocar el billete
Los billetes genuinos están impresos sobre papel moneda, fabricados con fibras de algodón y de lino. Eso los distingue a las claras de muchos billetes falsos impresos sobre papel común, fabricados con pulpa de madera. Pero no te confíes: como veremos más adelante, imprimir en papel común es cosa de amateurs.
Otra forma de detección tradicional era que los billetes verdaderos son más delgados que los falsificados. Esto ha sido cierto durante mucho tiempo, pero actualmente y gracias a las nuevas tecnologías, ya no siempre es así. De hecho, los falsificadores de billetes profesionales han conseguido emular el proceso de prensado, consiguiendo unos billetes que se sienten tan delgados y suaves como uno real.
Mirar el billete
Un falsificador competente no va a intentar colarte una fotocopia o un billete impreso con una impresora casera. Es cierto que la producción de los billetes oficiales implica métodos de impresión muy complejos y desconocidos al público en general, pero los grupos organizados de falsificadores incluyen en sus filas especialistas en estas áreas que, armados con las últimas tecnologías, pueden hacer réplicas casi perfectas.
Bonus track: los billetes de Euro verdaderos siempre tienen un número de serie impreso. Si tienes algunos billetes que creas que son falsos, comprueba sus números de serie: si comparten número, son falsos.
Revisar las características de seguridad
Los billetes de euro tienen varios sistemas de seguridad que puedes comprobar a simple vista, tales como la filigrana visible a trasluz (ojo, se debe ver en ambos lados del billete), la tinta iridiscente en el valor del billete, o los elementos holográficos. A esto se le suma la tradicional banda de seguridad y las distintas filigranas.
Cómo falsifican el dinero las bandas criminales
Como te comentábamos antes, escanear e imprimir un billete es algo realmente sencillo (e ilegal) en nuestros días, y fácilmente podríamos hacerlo en casa (pero para curarte en salud, no lo hagas).
Pero claro, las medidas de seguridad que te hemos comentado son cada vez más difíciles de imitar, y los resultados que el ciudadano medio pueda conseguir distan de aquellos de los falsificadores, que rozan la perfección. Así pues…
¿Cómo se falsifica el dinero de forma profesional?
El primer paso es conseguir un papel que sea idéntico al empleado para los billetes de curso legal. Por tanto, lo primero que hace un falsificador es procurarse una materia prima con la proporción adecuada de algodón y lino.
Ahora bien, como distintos países de la UE y EEU monitorizan este tipo de pedidos y hacen saltar las alarmas, los falsificadores deben buscar alternativas. ¿Y dónde las encuentran? Lo has adivinado, en la fábrica del mundo: China.
Estudio de las medidas de seguridad
Esta es la parte que ha inspirado montones de películas sobre falsificadores, y es que tiene mucho de arte. Una vez procurado el papel moneda no oficial, los estafadores estudian minuciosamente toda la información pública que existe sobre el billete, analizando billetes reales con la ayuda de microscopios, productos químicos y expertos en numismática.
Obtención de máquinas especiales
Llega el momento de crear el billete, y eso significa crear un de impresión que permita replicar a la perfección las principales señales de seguridad que llevan los billetes reales. Para ello, como no podía ser de otra forma, las redes de falsificadores utilizan máquinas de última generación y someten al billete a diferentes procesos mecánicos y químicos para conseguir una copia perfecta.
Contratación de distribuidores
Una vez que se ha conseguido una falsificación indistinguible del original, toca ponerla en circulación. Para ello los falsificadores se procuran los servicios de ‘distribuidores’ que ponen las falsificaciones en circulación. ¿Que qué sacan ellos de esto? Claro está, los distribuidores pagan al falsificador una cantidad de dinero menor que la del valor que tenga el billete falsificado.
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